Habéis oído hablar alguna vez de Siri, ¿verdad? Es el asistente virtual de Apple al que le puedes pedir cualquier cosa, desde que te recuerde una cita a alguna hora concreta (o lugar, le puedes pedir ‘Recuérdame cuando llegue a casa que revise la alarma’). Pues hace unos meses llegó a España el asistente de Amazon, el cual se llama Alexa.
¿Para qué sirve un asistente virtual?
Yo lo utilizo muchísimo: le pido que me recuerde cosas, le digo ‘llévame a casa’ y automáticamente me abre el navegador con la ruta desde donde esté hasta casa, y, sobre todo, le pido que me ponga música de mi artista favorito, la lista de reproducción de Baile de mi mujer o los podcasts que sigo.
Podría parecer que un asistente creado por Amazon serviría para compras, y así es básicamente, pero también se puede añadir recordatorios, alarmas, que ponga la música o que encienda las luces de casa, ya que dispone de tecnología ZigBee para conectarse con algunos de los dispositivos que podemos tener en casa para automatizar ciertas cosas tal y como comentamos en la entrada de hace unos días.
La diferencia básica entre Siri y Alexa es que Siri funcionaba en los teléfonos, iPads y ordenadores de Apple (aunque ahora ya tengamos entre nosotros el HomePod, el altavoz inteligente de Apple que también integra con Siri). Alexa, sin embargo, ha llegado a España asociada a los dispositivos Amazon Echo, unos pequeños (y no tan pequeños) altavoces inteligentes a los que les puedes pedir que te pongan música, que te enciendan la luz del salón y, por supuesto, que compren nosequé producto en Amazon porque están siempre escuchando hasta que detectan su nombre ‘Alexa’ y entonces procesan lo que venga a continuación.
Los evidentes problemas de privacidad
Como podréis imaginar, desde el principio ha habido mucha gente preocupada por la privacidad de todo esto. Eso de tener a Amazon en casa escuchando todo lo que dices no mola mucho… seguro que comentas con tu mujer que te quieres comprar un casco nuevo para la moto y al día siguiente tienes publicidad de cascos de Amazon en todas las páginas en las que entres! Por no hablar de otras cosas que puedas estar comentando con tu mujer con el altavoz escuchando… y si resulta que tu palabra de seguridad para el sexo duro es ‘Alexa’? Pues te toca cambiarla!
El caso es que hace unos meses, un señor de Alemania le pidió a Amazon todas las grabaciones que tenían de su casa, es decir, todo lo que le había pedido a Alexa. Amazon le mandó un archivo mp3 (o varios, ni idea) con tooooodos los comandos de voz que había grabado Alexa: le preguntaba el tiempo que iba a hacer en su zona, hacía alguna compra en Amazon, pedía que le pusiera música, etc… pero la sorpresa fue que cuando se puso a escuchar todos esos minutos de audio, escuchó no solo lo que el le había pedido, sino que había otro usuario pidiéndole cosas a su Alexa correspondiente… Amazon le había enviado por error sus datos y los de otro usuario.
Esto nos hace plantearnos qué método ha seguido Amazon para enviarle esta información, no parece que haya sido un método automatizado sino algo más manual y de ahí el error del operador de turno.
Pero lo gracioso viene ahora… resulta que el señor alemán (vamos a llamarle Johann) se pone en contacto con Amazon para comentarles lo que había pasado y su preocupación por si sus grabaciones pudieran llegar a otros usuarios y no le hacen ni caso… así que Johann se enfada mucho y se pone a escuchar las grabaciones del otro alemán (pongamos que se llama Herman) y escucha como Herman le pide datos del tiempo, algunas direcciones, cierto tipo de música… y con todo eso es capaz de localizarlo!! Total, que Johann le cuenta a Herman toda la historia y entre los dos interponen una denuncia a Amazon que está en este momento a la espera de juicio pero que parece que acabará con una gran multa relacionada con el GDPR.
Y no queda aquí la cosa
Estando aun este tema en los tribunales, Amazon decide escapar hacia abajo y ha patentado un sistema por el que sus altavoces estarían grabando continuamente por si acaso se te ocurre decir algo como ‘me apetece escuchar música, Alexa’. Así la palabra que hace de disparador no tiene que ser pronunciada al principio. Si no hay palabra disparadora, pues simplemente el altavoz va descartando todo eso que escucha. ¿A que da miedo?. Los datos de la patente están aquí por si alquilen quiere profundizar en el tema: https://www.buzzfeednews.com/article/nicolenguyen/amazon-echo-record-audio-before-alexa-wakeword-patent
Lo que está claro es que los asistentes han venido para quedarse, cada vez se les puede pedir más cosas y cada vez son más los que tenemos disponibles: Oye Siri, Ok Google, Alexa, Cortana (de Microsoft),… sí que es cierto que estos asistentes ofrecen una gran ayuda a personas invidentes por ejemplo, ya que pueden manejar estos sistemas casi en su totalidad con la voz… pero ¿qué pasa con la privacidad del usuario? ¿Tenéis alguno de estos asistentes y le dais uso?. De momento solo espero que vuestra palabra de seguridad para el sexo duro no sea ‘Alexa’, de lo contrario debe haber grabaciones tuyas muy graciosas en alguno de los servidores de la nube de Amazon que igual se envían por error a algún otro usuario.
Muy bueno y muy curioso. Con todo esto no dejo de pensar que, las comodidades, implican menos privacidad.
Como siempre muy interesante.
Saludos.
Totalmente de acuerdo, Edu, y un placer tenerte por aquí. Llegaremos seguro a algún punto de regulación o compromiso en el que el usuario pueda aceptar o rechazar compartir ciertos datos, aunque rechazarlo implique una menor funcionalidad del cacharro… pero de momento estamos un poco en pañales y desprotegidos.