Hace unos días estuve en Valencia para dar varias clases en la Universidad Politécnica de Valencia del curso de CiberSeguridad a alumnos que venían del Instituto de Educación Superior de Chile (INACAP). El curso en sí es interesante, podéis leer el programa completo aquí y pretende dar una visión actual y general en materia de Seguridad de la Información, tanto en las fases más técnicas con clases sobre gestión de vulnerabilidades, hacking de sistemas y fallos de programación como en las partes de gestión y bastionado, tocando temas como el análisis de riesgos o la gestión de certificados.
Es el segundo año que participo en este curso y no sabría deciros quién se lo pasa mejor, si los alumnos o yo. Resulta muy interesante ver las inquietudes de un grupo de jóvenes alumnos que sólo piensan en hackear sistemas, hacer shells inversas y saltar de unas máquinas a otras por el simple hecho de aprender y divertirse. No están pensando en desvalijar una ICO de criptomonedas (si no sabes qué es una criptomoneda porque acabas de llegar a este blog, te recomiendo que te pases por esta entrada donde ya las comentamos) ni en realizar un ataque organizado, simplemente lo hacen por el placer de aprender… y les resulta tan divertido e interesante que en muchas ocasiones ni siquiera hacen las pausas de café, se quedan en su sitio probando alguno de los retos que planteamos durante el curso o leyendo alguno de los artículos que vamos recomendando sobre la marcha. Por mi parte es igual de divertido y enriquecedor, me permite ver cuales son las inquietudes y tecnologías que de verdad les preocupan y en las que ven futuro y posibilidades. Así pues, todos conocían el mercado de altcoins (criptomonedas y tokens alternativas al todo-poderoso Bitcoin) y les interesaba mucho lo relativo a blockchain, más allá de tecnologías como Big-Data o los nuevos cambios del GDPR (General Data Protection Regulation) de obligado cumplimiento.
Sí, ya sé que siempre se debería tener este ‘feeling‘ con los alumnos para conseguir un win-win y que todos salgamos contentos y enriquecidos del curso, pero es bastante llamativo el afán por aprender que muestran estos alumnos en concreto. Sigo en contacto con algunos chicos de la convocatoria de 2017 y espero que los de este año también me manden de vez en cuando algún correo electrónico con dudas o recomendándome algún artículo que les haya parecido interesante… aunque la CiberSeguridad sea una preocupación global y las vulnerabilidades nos afecten a todos, es bastante significativo el cambio de enfoque y preocupación que existe entre los países, por lo que lo que preocupa en Chile no tiene casi nada que ver con lo que nos preocupa en España… ni siquiera están tan ‘enganchados’ a las redes sociales como lo estamos aquí, con muchos menos ‘influencers‘ y postureo en Instagram… muchos de los alumnos de este año ni siquiera estaban registrados en Instagram, algo totalmente inconcebible en el ambiente universitario de nuestro país.
Lo dicho, toda una experiencia muy recomendable tanto para los alumnos como para los profesores que formamos parte de este curso y que esperamos repetir el año que viene: