Como ya sabéis, tengo un mogollón de hijos. 4 ni más ni menos. Así que hay compañeros que me consideran un ‘experto’ en el tema niños cuando en realidad la experta es mi mujer, yo hago poco más que seguir sus órdenes recomendaciones y sugerencias para con la educación de nuestros hijos. ¡Igual debería abrir otro blog para dar consejos a padres menos experimentados! Bueno, siendo sinceros, debería abrirlo mi mujer… en fin, que me lío yo solo, volvamos al tema.
Esta experiencia unida a que me dedique al mundo de la Seguridad, hace que en ocasiones salgan conversaciones típicas como la de ‘es que no quiero que mi hijo se enganche al tablet’ o ‘cuando sea un poco más mayor voy a revisar su historial’ o ‘quiero saber qué contenidos está consumiendo en YouTube porque dice que quiere ser youtuber’ (mi hijo mayor quiere ser youtuber, por cierto, espero que quiera ser algo productivo como elrubius en lugar de uno de esos que gastan bromas de mal gusto).
No me considero experto en nada, pero de tecnología sé lo suficiente como para defender estas cuestiones. Voy a daros mi opinión de cada una ya que, en este caso, no puedo recomendaros la mejor forma de hacer algo, simplemente la forma en la que nosotros lo hacemos en casa y de momento no nos ha ido mal.
No quiero que mi hijo se enganche al tablet
Todos mis hijos tienen tablets. Todos no, la princesa parece que se lo quiere pedir para Reyes… uno rosa y con mucha purpurina que brille un montón, así que de momento sus 3 hermanos mayores tienen tablet y ella se conforma con ver dibujos en la tele… el Disney Channel de princesas cuando está sola y tranquila y Boing o Clan cuando están sus hermanos y se apoderan del mando. Los tablets que tenemos en casa no son demasiado sofisticados, un iPad 3 de 2012, un Samsung Tab A de 2015 y otro Samsung Tab A de 2016, todos ellos de 10′ y con fundas protectoras a prueba de porrazos que no les han librado de tener que cambiar algún cristal de vez en cuando. No sabría deciros cuántas horas se pasa cada uno de ellos con su tablet, pero depende del día y del lugar. Algunas noches mi hijo mayor se pone algo de Netflix antes de dormir o ve algún video de Youtube. Los pequeños son más de Youtube (les encanta el canal de MikelTube, por cierto, por si los papás de Mikel y Leo ven este blog :D) y algunos juegos sencillos. Y como os comentaba, no me preocupa el rato que estén con la tablet porque no se van a enganchar, no es la misma época que vivimos nosotros o la de los niños de hace unos años cuando esta tecnología llegaba a nuestros hogares y el iPad era algo que custodiábamos como si nos fuera la vida en ello. Tened en cuenta que mis hijos han nacido ya con la tecnología a su alrededor, por lo que para ellos el tablet es un juguete más. Ni siquiera se pasan las horas con el, al rato se aburren y se van a hacer otra cosa como con cualquier otro juguete. Estos ‘nativos digitales‘ como comentaban hace unos meses en el blog de S2Grupo tienen la tecnología tan interiorizada que para ellos no es algo especialmente excitante, al contrario de lo que me pasó a mi cuando desembalé mi primer ordenador a los 8 años (mi ZX Spectrum… se me cae la lagrimilla de recordarlo). Para los niños de hoy en día, conectarse a Internet no es un privilegio, es casi un derecho, y cuando no disponen de conexión para ver algún video o jugar a algún juego que les exige tener conexión, protestan. Recuerdo mi primer módem de 2400 bps (sí, 2400 bps, es decir, 0’0024 mbps … en casa ahora tengo 50 megas) con el que me conecté por segunda vez a Internet (la primera fue en un Cibercafé) y la excitación de escuchar el sonido de la negociación del módem con la centralita telefónica de Infovía para poder ‘navegar’ entre los pocos contenidos que existían por aquel entonces… y por supuesto nada de a cualquier hora, a partir de las 22:30 de la noche y por tiempo más que limitado ya que la llamada urbana costaba bastante dinero. Ahora mi hijo pequeño protesta porque en el coche no hay ‘vipi‘ como la llama él.
Para nuestros hijos, los tablets y la conexión a Internet son un juguete más de los disponibles en casa. En cuanto llegan al parque lo sueltan y no se vuelven a acordar de el. Así que a la pregunta de si tengo miedo de que mis hijos se enganchen al tablet mi respuesta es que no… no sólo no tengo miedo sino que son incapaces de hacerlo, se cansan de el como de cualquier otro juego porque para ellos es uno más. Seguramente sería más problemático si se lo racionalizara y lo conservara como ‘mi tesoro‘ que sólo pueden tocar X minutos al día si es que han hecho los deberes o se han portado bien (son 4, es IMPOSIBLE que se porten bien durante todo un día, se pasarían la vida castigados).
Cuando sea mayor, voy a revisar su historial
Respecto a la segunda afirmación sobre revisar el historial de nuestros hijos, es algo con lo que estoy totalmente en contra. Mi padre no revisaba mi historial (a día de hoy no sé si sabe lo que es el historial) y gracias a eso me dedico a la Seguridad Informática. Si mi padre hubiera visto que entraba en foros donde había más gente con inquietudes, que se preguntaban cómo funcionaba Internet por dentro, los nicks de alguno de ellos o que nos pasábamos el día chateando y probando cosas en lugar de utilizar el ordenador para estudiar (que había sido el motivo de su compra), seguramente no habría salido nunca del taller de joyería donde empecé mi vida laboral. No sé si confió en mi o era por desconocimiento de lo que me podía encontrar en Internet, pero el caso es que aproveché cada minuto conectado a Internet (a precio de oro como ya hemos comentado antes, más de 300 pesetas la hora (algo menos de 2€, qué rabia me dais los jóvenes)) para aprender cosas sobre hacking, sistemas, servidores, protocolos, cabinas de teléfono (el phreaking, como se llamaba entonces) y mil cosas más. Recuerdo una frase que utilizaba un antiguo jefe mío llamado JMegias hace años: ‘todo el saber de la humanidad al alcance de un click, y a ti se te ocurre buscar Britney Spears‘. Y todos esos conocimientos no se aprenden si alguien revisa tu historial o te echa la bronca por haber entrado en cierta página o leído sobre cierto contenido. Volvemos a la reflexión que ya hicimos al principio de este blog cuando hablamos de la edad mínima para darse de alta en redes sociales: educación. Tenemos que enseñarles a que detecten situaciones, conversaciones o páginas que podrían perjudicarles de algún modo. Y aun así entrarán alguna vez por simple curiosidad. Si les educamos en esa dirección, Internet se convertirá en una herramienta de trabajo, de búsqueda de conocimiento y de diversión, no como un sitio oscuro en el que tienes que ir con cuidado y mirando dónde pones los clicks.
Quiero saber qué contenidos está consumiendo en YouTube porque dice que quiere ser youtuber
Y respecto a los contenidos de YouTube, pasa más o menos lo mismo, aunque lo podemos limitar un poco más por su propia seguridad. El problema que tenemos con Youtube es que hay videos realmente ofensivos al alcance de los más pequeños… una vez busqué una canción de la película Frozen para mis hijos y no os podéis ni imaginar lo que salía en YouTube al poner ‘elsa y ana‘. No es contenido pornográfico ni mucho menos… pero es raro. Incluso en algunos videos, las canciones estaban dobladas con insultos. Con este panorama y dado que YouTube lo utilizan mis hijos más pequeños simplemente haciendo clicks en los videos relacionados ya que no saben leer, pues había que poner alguna solución. Esa solución se llama YouTube Kids, otra App de YouTube disponible en las tienda de aplicaciones de la tablet especialmente diseñada para niños, en la que no hace falta saber leer, y con contenidos más que curados y revisados. Aun así se recomienda la supervisión de un adulto, pero en el tiempo que la tienen mis hijos instalada no he visto nada raro quitando los videos rusos de Spiderman jugando a muñecas con Elsa de Frozen… y que nos pueden gustar más o menos, pero no son ofensivos para nuestros hijos… sencillamente los rusos tienen un humor muy raro.
En cuanto a mi hijo mayor, la solución de YouTube Kids no le satisfacía en absoluto (ni siquiera los videos de los rusos) por lo que él dispone de YouTube con el filtro ‘Estricto’ que evita que YouTube le recomiende ciertas categorías filtradas. Sí elrubius (seguro que es seguidor de mi blog), mi hijo es uno de tus chorropotocientosmil seguidores.
Netflix
Con Netflix hacemos lo mismo, los más pequeños tienen un usuario con contenido exclusivamente para niños ya revisado por Netflix (ahí sí que os digo que no se les pasa ni un contenido erróneo) y mi hijo mayor tiene un usuario con ciertas restricciones de contenido. Como antes, simplemente por su propia seguridad, ya que una vez vio una escena de vampiros de nosequé serie y gritó porque le pareció muy desagradable e iba a tener pesadillas. Así que, como Netflix no deja crear un usuario con la categoría ‘pre-adolescentes con inquietudes pero que no quieren tener miedo’, simplemente configuramos un código para acceder a los contenidos para mayores de 16 años y, cuando mi mujer y yo entramos con nuestro usuario para ver alguna película o serie, nos pide ese código al principio de la sesión.
¿Y qué pasa con las Apps y juegos que se instalan?
Respecto a las Apps instaladas, son libres de instalarse las que quieran, pero como los pequeños no saben leer las he filtrado en la App Store del iPad y en la Play Store del Samsung para que no les salgan las Apps para mayores de 7 años, por lo que mientras tengan espacio, se pueden instalar todos los juegos que quieran y el antivirus del tablet hará el resto si la App en cuestión no es quien dice ser (si queréis, otro día hablo de esto… dejádmelo en los Comentarios)
Como podéis ver, en casa somos usuarios de tecnología y consumidores de contenidos… y el único que parece estar un poco más enganchado, soy yo 😛 Para ellos la tecnología es simplemente un entretenimiento más, han nacido inmersos en ella. A mí me hace gracia cuando por ejemplo sale un mensaje en la pantalla de la tele donde hay un ‘OK’ en grande y alguno de mis hijos presiona la pantalla… o cuando ponemos alguna foto en la tele e intentan pasarla con el dedo en la pantalla (sí, siempre está la tele llena de deditos), pero para ellos es lo más normal del mundo, no han vivido el periodo de transición y adopción de la tecnología y es algo que está ahí desde siempre, como el video-portero de casa o el elevalunas eléctrico del coche, los cuales aun tocan a veces porque siempre les hemos restringido el uso (en pro de su seguridad) y lo ven como algo prohibido y molón.